Autor: José Ángel Otero Doval, egresado de la Universidad de Burgos

El ictus es una enfermedad neurológica poco frecuente en menores de edad, pero da lugar a una gran morbilidad y es una de las 10 principales causas de mortalidad infantil. Pese a una mayor incidencia en la actualidad, su desconocimiento general ha obstaculizado su reconocimiento, siendo común que exista un retraso en el diagnóstico incluso cuando se presenta de forma aguda, limitando la forma de actuar y aumentando las posibles secuelas.

Durante este artículo de divulgación abordará el ictus infantil, ofreciendo conceptos generales así como sus características, clasificación, sintomatología y su impacto en el campo de la educación.

Introducción

El ictus es una enfermedad causada por la oclusión o rotura de vasos sanguíneos cerebrales que está siendo cada vez más reconocida en menores. Su desconocimiento general genera un retraso en el diagnóstico. Otros factores que limitan el progreso son la percepción errónea de fragilidad en los niños, pocos datos de tratamiento prospectivo y una educación comunitaria y de atención primaria mejorable (Gabis, Yangala y Lenn, 2002). Según Cárdenas, Rho y Kirton (2011), existe un retraso de hasta 28 horas en la búsqueda de atención médica desde que empiezan los síntomas y un retraso promedio de 7,2 horas en urgencias antes de realizar una imagen cerebral.

El ictus pediátrico está entre las 10 principales causas de muerte en menores. Aproximadamente entre el 10 y el 25% de los menores que lo sufran morirán, a un 25% le volverá a pasar y hasta un 66% tendrán secuelas persistentes (De Veber, MacGregor, Curtis y Mayank, 2000).

Sintomatología

Es muy importante conocer y hacer visible la sintomatología del ictus a todos ya que es fundamental darse cuenta cuanto antes. Una de las formas más sencillas es con el método FAST, que son las siglas de “Face, Arms, Speech, Time”, es decir, tener un lado de la cara más caído que el otro, pérdida de fuerza en las extremidades de un lado del cuerpo o de ambos y dificultad a la hora de hablar, y en caso de ver alguno de estos síntomas llamar al número de emergencias avisando de que sospechas de un ictus (Kothari, Pancioli, Liu, Brott y Broderick, 1999).

Procedimiento para identificat el ictus
Figura 1. Procedimiento FAST. Tomado de “Medanta” (2018).

Otros síntomas que pueden aparecer en personas que están sufriendo un ictus son problemas de comprensión, visuales en uno o ambos ojos, pérdida de equilibrio o coordinación y dolor de cabeza severo sin causa aparente (Pandian et al., 2005).

Factores de riesgo y posibles secuelas

Una importante causa de ictus en niños son los traumatismos con repercusión sobre los vasos intra y extracraneales, que producen disección de los mismos (Kirkham, Prengles, Hewes y Ganesan, 2000; Golomb et al., 2001; De Veber et al., 2001).

En cuanto a las secuelas tras pasar un ictus, pueden presentarse de forma leve o severa, siendo la hemiparesia o parálisis parcial de un lado del cuerpo la discapacidad más común tras esta enfermedad. También aparecen otros como diferentes trastornos motores, del lenguaje, cuadros depresivos o de ansiedad o alteraciones cognitivas a nivel de atención, memoria y razonamiento (Gordon, Ganesal, Towell y Kirkham, 2002).

Impacto del ictus en educación

Que un alumno o alumna sufra un ictus tiene un fuerte impacto en su desarrollo escolar, ya que aunque tengan un pronóstico de recuperación mejor que los adultos debido a la plasticidad de su cerebro en desarrollo, es muy probable que la persona afectada se presente una discapacidad (Nicolaides y Appleton, 1996).

De esta forma, las demandas que presenta un menor que ha sufrido un ictus hace que sea probable que se creen problemas a nivel familiar, porque la adaptación de las familias a esta situación es muy dura y puede dar lugar a problemas de salud mental en cualquier miembro de la familia (Williams, 1997).

Todos estos factores pueden y deben ser intervenidos para minimizar las secuelas dentro de lo posible. Por ello, es necesario estar en contacto con todos los especialistas que contribuyan a su rehabilitación como pueden ser médicos, fisioterapeutas, logopedas, psicólogos, etc.

Objetivos para el docente

Algunos de los objetivos que el docente del estudiante que ha sufrido un ictus recientemente se debe plantear son:

  • Lograr que el alumno o alumna que ha sufrido el ictus se reincorpore correctamente al aula y a la vida en general.
  • Concienciar a los otros estudiantes de lo que es el ictus y sobre las nuevas limitaciones de su compañero, fomentando el compañerismo.
  • Conseguir un buen método de enseñanza-aprendizaje para el estudiante afectado.
  • Formarse y hacer que los demás docentes se formen para poder atender las necesidades de un alumno o alumna que ha sufrido un ictus.
  • Aprender a detectar la sintomatología de una persona que está sufriendo un ictus, así como enseñar esto a los estudiantes.
  • Tener un contacto adecuado con la familia del estudiante afectado y mostrar apoyo.

Atención al alumno

Durante un tiempo hay que estar muy pendiente del alumno, ya que ha faltado a clase durante muchos meses y ha perdido muchos contenidos. Además, es probable que haya olvidado el hábito de estudio y tenga más dificultad para estudiar y atender en clase, por lo que tiene que pasar por un periodo de adaptación a su nueva forma de ser, y sin ayuda sería todavía más difícil.

Por otro lado, es importante que el ictus no se convierta en un tema tabú, sino que sea algo transparente y que se normalice, no siendo algo que se deba ocultar. El docente debe ayudar al alumno en lo emocional, ya que seguramente se encuentre mal porque tras el ictus no puede hacer actividades que antes sí podía, así que se debe animar al alumno proponiéndole nuevas aficiones en caso de que no pueda hacer algunas de las que hacía y enseñar ejemplos de superación que han pasado por una situación similar a la suya. No se debe hacer de psicólogo, simplemente ser un apoyo para el alumno.

Alumnos atendiendo en el aula

Metodologías educativas útiles en el aula

Las estrategias metodológicas utilizadas están pensadas teniendo en cuenta las características de todo nuestro alumnado, además de ser favorecedoras para el alumno o alumna que ha sufrido el ictus. Estas metodologías dan vital importancia a la motivación y el aprendizaje significativo.

Una de ellas es el aprendizaje cooperativo, en la que los alumnos trabajan conjuntamente y de forma coordinada para resolver tareas académicas y profundizar en su propio aprendizaje, buscando de esta forma la interacción entre compañeros. Esto ayudará al estudiante que ha sufrido el ictus a tener un objetivo grupal por el que trabajar que incentive la interacción.

La autorregulación es otra metodología interesante en la que el estudiante debe regular y controlar su aprendizaje, debiendo ser consciente del mismo (García-Gaitero, 2014). Los alumnos y alumnas serán quienes se organicen, controlando los tiempos, conociendo sus limitaciones y potenciando sus aptitudes y conocimientos. Esta metodología ayudará al estudiante que ha sufrido el ictus a conocer de primera mano cuáles son sus virtudes y limitaciones a nivel académico, poniéndose él mismo nuevas metas a las que llegar y la forma en la que llegar a ellas, decidiendo el ritmo y el tiempo que se tomará en ello. Además, es importante que siempre se esté aconsejado por el docente.

Flipped classroom

Mediante el flipped classroom, metodología que consiste en pasar parte del trabajo del aula, en concreto la parte más teórica, fuera de la misma, con material preparado por el profesor (vídeos, textos, videojuegos…), para realizar en clase las actividades que en principio se considerarían como deberes para casa (Roehl, Reddy y Shannon, 2013).

Así, esta metodología permitirá ganar tiempo en el aula para ayudar a los estudiantes con más dificultades, además de que el alumno o alumna que ha sufrido el ictus puede tomarse todo el tiempo que quiera en ver en casa el material preparado, pudiendo repetirlo en caso de no haber comprendido alguna parte. Es un complemento muy bueno a la autorregulación porque puede ajustar su ritmo de trabajo como quiera, pudiendo preguntar sus dudas en clase.

Finalmente, el diseño universal de aprendizaje es un enfoque educativo creado para eliminar las barreras en el aprendizaje en el que prima la flexibilización del currículo desde que se gesta, para que sea abierto y accesible desde el principio, que no necesite ser adaptado, poniendo la mirada en la capacidad y no en la discapacidad (Rubio, 2018). Para ello se proporcionarán múltiples medios de representación, múltiples formas de acción y expresión sobre lo que se sabe, así como múltiples formas de implicación para motivar.

Conclusiones

El ictus infantil está siendo cada vez más reconocido por todo el mundo, conociendo cada vez más su sintomatología. Aun así, es necesario que sea una enfermedad todavía más visible ya que mucha gente todavía sigue asociando el ictus con la población más envejecida. En cuanto al campo de la salud es importante realizar un diagnóstico rápido, ya que el tiempo es clave. Además, la rehabilitación de los menores debe de ser lo mejor posible para lograr que su vuelta a la “vida normal” sea más satisfactoria.


Bibliografía

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