Autor: Ignacio Fernández de Mata

La despoblación del mundo rural es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. En el lapso de unas décadas, muchas localidades se han vaciado, abandonando su caserío y entornos. La provincia de Burgos forma parte del núcleo de espacios más afectados por la despoblación en España, un ámbito que ha sido bautizado por algunos geógrafos como Serranía Celtibérica, y también Laponia ibérica por sus bajos índices de población.

Desde la Antropología Social trabajamos sobre la despoblación rural, aunque críticos con ciertos el uso catastrofista de términos estadísticos y administrativos. La realidad que subyace es más compleja. ¿Realmente podemos hablar de desiertos humanos?

Cada vez es más común ver en los pueblos imágenes como estas, con casas abandonadas y destrozadas

Un poco de historia

En puridad, la despoblación del mundo rural no es nueva. La demografía histórica señala cómo la producción campesina de épocas medieval y moderna tuvo sus propias leyes de ajuste: una familia de limitados componentes, no más de cuatro miembros. Ergo, el mundo rural siempre fue un expulsador de bocas: por el ajuste al modelo de producción campesina familiar, o también porque existieran mayorazgos que hacían innecesarios a los segundones[1]. Los pueblos ibéricos llevaban siglos acostumbrados a que su sobrante engrosara ejércitos, monasterios y clero regular, o emigración transoceánica.

Los cambios más profundos empezaron en el siglo XIX, cuando España inicia el cambio hacia el modelo urbano moderno. La reorganización territorial de 1833, con capitales provinciales en expansión, desarrollo de las comunicaciones y, en general, todo el proceso configurador del estado-nación, necesitó que los pueblos exportaran gentes a las ciudades para las obras, los servicios y el trabajo fabril.

Posteriormente, el franquismo incrementó la despoblación en tres momentos. En la posguerra (1939-1949), cuando miles de personas huyeron de sus pueblos para escapar del oprobio, del empobrecimiento y maltrato que recibían por su condición de derrotados. Las ciudades fueron espacios de anonimato y cierta seguridad frente a las presiones locales[2].

Luego, durante la industrialización (1950-1960) y el desarrollismo (1960-1975). La población rural quedó nuevamente al servicio de las ciudades y su industria —emigrantes internos—; y al del país como aportadores de remesas en la emigración exterior. Al campo se le vació y transformó siguiendo las demandas de la mecanización, la concentración parcelaria y el impulso al regadío[3].

Y luego llegó la P.A.C.

Ni desierto, ni Laponia[4]. La reconexión emocional.

El mundo rural suele ser descrito y evaluado desde fuera, desde la ciudad. Ya lo hicieron los regeneracionistas y antes que ellos los folkloristas… Hoy en día se le califica como vacío o desierto. Y no es verdad.

Independientemente de su categoría administrativa o tamaño, cada uno de los núcleos de población son espacios emocionales. El vínculo con el lugar de nacimiento, con la casa, la parentela, la comunidad local…, es intenso. Se es de un pueblo por encima de ser residente. La identidad tiene que ver con el enraizamiento, con lo vivido y, por supuesto, lo elegido.

Familia en el ámbito rural

Los pueblos son nódulos emocionales a los que se vuelve, a donde se lleva a los hijos, donde se reencuentran quienes se hartan de su cotidianidad laboral urbana. Los pueblos suman tiempos que no son los del calendario oficial: tienen sus propios hitos que se tejen con la complejidad lógica de la vida moderna saltándose las maniqueas oposiciones campo-ciudad[5].  

Por un lado, debemos flexibilizar la idea del poblamiento, del estar; entender que hay unas relaciones de ida y vuelta con los pueblos que conforman un encadenamiento vital con lo urbano. Ciudades como Burgos están llenas de quienes son a la vez urbanos y rurales: dividen su tiempo y afectos entre ambos ámbitos en una continuidad no problemática que discute la idea del vacío. Están, vuelven, en los fines de semana, en las vacaciones, tienen sus huertos, sus casas, sus bodegas… Es un continuum de pertenencias no conflictivas.

Por otro, a las manidas propuestas administrativistas de optimización de las cabeceras de comarca como centros de servicios de sus inmediaciones[6], debemos añadir otro tipo de activaciones que nacen de abajo a arriba:

La Asociación Tierra de Lara, empezó aglutinando a nueve ayuntamientos y hoy en día acoge a diecisiete, más otras trece Juntas Administrativas.

Página web de las Tierras de Laras

Tierra de Lara fue promovida por David García, alcalde de Mambrillas de Lara, fallecido en 2009, a los 31 años. David fue una figura singular por su empeño en dinamizar el mundo rural, tanto para su comarca, como para el resto de la provincia.

Lo que singulariza a Tierra de Lara es haber generado un intenso sentido de comunidad comarcal. A partir de un eficaz uso de su página web como espacio virtual de comunicación con todos sus asociados, arman un intenso calendario de actuaciones que llega a ser polo de atracción para creadores externos[7]. En reconocimiento a su la labor Podemos les concedió en 2017 una ayuda dentro de su programa Impulsa (3000 €) que supuso la organización de 9 talleres gratuitos, cada uno en una localidad distinta, sobre apicultura, truficultura, maderas de calidad, plantas medicinales, actividades de ocio y tiempo libre, hortofruticultura, gestión del patrimonio, granjas avícolas alternativas, marketing digital y redes sociales[8].

Frente al modelo nodal de las cabeceras comarcales, la articulación de redes de colaboración entre estos pequeños pueblos puede ser entendida como una red neuronal en la que se fortalecen las sinapsis entre los núcleos generando así una suerte de endorfinas que ayudan a combatir el aislamiento, el pesimismo y el envejecimiento, mostrándose como una comunidad comarcal unida y dinámica. Esto tiene importantes efectos internos en la consolidación de los espacios rurales como espacios vivos, promoviendo la activación del valor del patrimonio local.

Otro caso interesante es el proyecto configurado en torno al maestro Antoni Benaiges en el pueblo de Bañuelos de Bureba. Benaiges fue maestro nacional durante la II República, afín a la pedagogía Freinet. El maestro usaba una imprenta para imprimir cuadernillos elaborados por los niños fomentando su curiosidad, la reflexión libre y la lectura. En el verano de 1936, cuando iba a llevar a los críos a conocer el mar, fue asesinado y enterrado en una fosa común en La Pedraja (25 de julio).

Con el movimiento de la memoria histórica llegó a Bañuelos el fotógrafo Sergi Bernal. Quería recuperar a Benaiges, a quien había conocido a través de aquellos cuadernos. El proyecto ya ha producido varios libros de historia, una novela, un cómic y un documental: El retratista. Todo esto removió una comunidad de 32 habitantes provocando una reactivación emocional empezando por quienes fueron los alumnos de Benaiges. Se ha formado la Asociación Escuela Benaiges que ha recuperado el edificio, están configurando un museo-taller pedagógico en las técnicas Freinet, organizan encuentros con maestros de toda España y mantienen un certamen de cuentos[9]

Imagen de la Asociación Escuela de Benaiges

Los vínculos con la infancia, la necesidad de justicia histórica, la promoción de valores como los que representaba el maestro, han cambiado la sociabilidad y los afectos en esta comunidad. Se ha reactivado la emoción. La escuela vuelve a ser un espacio dinamizador. El pueblo se ha transformado, o mejor, se ha reencontrado. Hoy está más vivo. Es un tipo de activación nuclear que reengancha con experiencias similares —de memoria y pedagogía— sucedidas en otros lugares distantes.

Cierre

Existen otros muchos proyectos emocionalmente reactivadores en la provincia. A los pueblos les queda aún mucha vida, llena de historias de ida y vuelta, de descubrimiento, de reverdecer. Pero hemos de acercarnos a ellos desde el respeto y la curiosidad para entender su complejidad. Demasiadas veces se ha juzgado injustamente a quienes han abandonado sus pueblos en pos de una vida más segura, más cómoda, más regulada.

Los pueblos son también España y, por lo tanto, política. Apostar por ellos es hacer país, integrar territorios, diversificar, promover la sostenibilidad y el desarrollo. Esto solo es posible si contamos con políticas públicas que tengan en cuenta el conocimiento generado desde el interior de las comunidades rurales. Todo plan o agenda será agua de borrajas si nos apoyamos en políticas restrictivas del gasto público, reductoras de impuestos… Hace falta implicación, escucha, respeto. Y emoción.


[1] Fernández de Mata, I. 2001:

https://www.academia.edu/36748867/LA_CONTRACCI%C3%93N_FAMILIAR_EN_LA_HISTORIA.pdf

[2] Fernández de Mata, I. 2016. Lloros vueltos puños. El conflicto de los ‘desaparecidos’ y vencidos de la Guerra Civil española. Granada: Comares.

[3] Paniagua, A. 2015. “Visiones en Off de la despoblación rural en el franquismo”. Ager, Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural, 10, págs. 139-160.

[4] El uso de “Laponia” procede del estudio de Burillo Cuadrado, M. P. – Burillo-Mozota, F. – Ruiz-Budría, E. 2013. Serranía Celtibérica. Un proyecto de desarrollo rural para la Laponia del Mediterráneo. Universidad de Zaragoza. 

https://www.eldiario.es/sociedad/Laponia-Sur-Espana-desangra-despoblacion_0_605089992.html

[5] Díaz Viana, L. – Fernández, O. – Tomé, P. – Valencia, A. 2013. ¿Dónde mejor que aquí? Dinámicas y estrategias de los retornados al campo en Castilla y León. Valladolid: Universidad de Valladolid.

[6] Martínez Fernández, L. C. – Delgado Urrecho, J. M. 2013. “Población, administración y territorio en Castilla y León: desequilibrios y desafíos del modelo de poblamiento”. Ería, 90, págs. 5-30.

[7] Caso de Enrique del Rivero y sus retratos de la comarca de Lara en un bosque de quejigos, luego, libro: http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/cultura/feria-libro-repleta-exitos_172897.html

[8] http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/provincia/tierra-lara-transforma-proyecto-impulsa-9-talleres_146093.html

http://www.heraldodiariodesoria.es/noticias/mundo-agrario/trufa-consolida-apicultura-rejuvenece-lara_88375.html

[9] http://escuelabenaiges.blogspot.com/