El investigador Gilles Gasser visitó la Universidad de Burgos, invitado por el profesor Gustavo Espino, del Grupo de investigación AMIDO-RUCA, para dar la conferencia «Metal-Based Compounds in Medicine«. Aprovechamos a entrevistarle sobre su investigación y su aplicación en tratamientos médicos.

Gilles Gasser trabaja en el desarrollo de nuevos compuestos organo-metálicos con potencial aplicación en terapia anticancerígena y antiparasitaria, en particular en el campo de la terapia fotodinámica, cuyo objetivo es diseñar compuestos cuya actividad biológica es estimulada y controlada mediante irradiación con luz visible o UV. Gilles Gasser trabaja en el Chimie ParisTech (Instituto de Ciencia y Tecnología de Paris), que pertenece a la Universidad PSL (Université de Recherche Paris Sciences et Lettres).

Esta actividad fue organizada por el Área de Química Inorgánica, la Unidad de Cultura Científica e Innovación y el Decanato de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Burgos.

Guilles Gasser durante su conferencia en la Universidad de Burgos

Entrevista a Guilles Gasser

(Entrevista original en inglés con subtítulos en el vídeo al principio de esta entrada) 

UBUInvestiga: ¿Cuál es la idea principal que quieres transmitir en tu conferencia?

Guilles Gasser: En primer lugar, es un gran placer estar aquí, en Burgos, y se lo agradezco a mi anfitrión, Gustavo. Estar aquí representa una gran oportunidad para mostrar a los estudiantes y a los profesores que los complejos metálicos, es decir, aquellos compuestos que contienen un elemento metálico, son extraordinariamente importantes en medicina. Muy a menudo la gente piensa que los compuestos metálicos son tóxicos e inútiles en el campo de la química medicinal, y esto es erróneo. De hecho, es totalmente injusto afirmar que los complejos metálicos son tóxicos, porque son usados todos los días, en todo el mundo, para tratar pacientes. Por ejemplo, el 50% de los pacientes que tienen cáncer son tratados con un compuesto metálico. Podemos poner más ejemplos, y esa es la principal idea que quisiera destacar hoy en Burgos.

¿Cómo pueden mejorar nuestra salud los compuestos metálicos?

El compuesto que se utiliza habitualmente en el tratamiento contra el cáncer se denomina cisplatino, un compuesto que contiene platino(II). La idea en este caso es inyectar por vía intravenosa el compuesto a los pacientes que  están siendo tratados mediante quimioterapia. Y después este complejo metálico sufre varias transformaciones químicas para llegar al núcleo de las células cancerígenas donde se une al ADN. Y una vez el compuesto de platino está unido al ADN, ese ADN no puede replicarse más, no puede crear nuevas células. De esa forma esas células morirán. Así es como se trata, de hecho, a los pacientes con cáncer, porque como las células cancerígenas están muriendo, los pacientes sobrevivirán.

¿Qué podemos esperar de tu investigación en cáncer y enfermedades parasitarias?

El objetivo de nuestro grupo en París es trabajar con complejos metálicos en cuatro áreas diferentes de la química medicinal. Una de las más prometedoras, y la que presentaré en primer lugar en mi charla; es la radioimagen. Queremos saber si un determinado paciente tiene cáncer o no. Este es el primer diagnóstico que queremos. Antes de tratar a alguien, tienes que estar seguro de si él o ella tiene cáncer. Y lo que hemos descubierto con éxito es un nuevo compuesto que puede ser marcado con circonio 89. Podemos inyectar este compuesto en ratones y comprobar claramente que el compuesto va únicamente al tumor. Podemos dirigir este compuesto a ciertos tipos de tumor de forma selectiva. Esperamos que este compuesto llegue a entrar en la fase de pruebas clínicas con pacientes este año.

¿Qué ocurre con los parásitos?

El otro compuesto que estamos investigando actualmente es en el campo de la esquistosomiasis, que es una enfermedad parasitaria muy importante en el mundo. Es la segunda enfermedad parasitaria más prevalente en el mundo tras la malaria. Lo que es muy sorprendente es que mucha gente no ha oído hablar sobre esta enfermedad parasitaria, que afecta a millones de personas en el mundo, principalmente en países pobres. Lo que estamos actualmente intentando hacer es investigar un tipo totalmente diferente de complejos organometálicos, lo que significa que el compuesto tiene al menos un enlace metal-carbono. Y hemos comprobado que uno de nuestros compuestos es extremadamente prometedor porque puede actuar sobre especies de parásitos que no tienen actualmente un tratamiento eficaz con compuestos orgánicos. Esto es extraordinariamente prometedor y esperamos empezar este año con las pruebas in vivo en hámsters.

Guilles Gasser en la Universidad de Burgos

 También trabajas en tratamientos fototerapéuticos, ¿cómo funcionan?

La terapia fotodinámica es una técnica médica aprobada. Me gusta decir que está aprobada, que ya se usa en varios países. Lo que se hace es inyectar un determinado compuesto al paciente, esperar hasta que este compuesto llega al tumor, y una vez está llegando al tumor, el doctor irradiará con un láser un área superficial. Y solo en este área superficial el compuesto sufrirá una transformación, volviéndose tóxico. Esto es muy interesante porque la acción farmacológica está extremadamente localizada. Si el compuesto, que está aquí (zona ajena al tumor), no es irradiado por el doctor, no ocurrirá nada. Y esto permite tener un gran control temporal y espacial en el tratamiento del cáncer. Y el compuesto que inyectas se llama un fotosensibilizador, y lo que estamos haciendo en París es crear un nuevo compuesto que podrá ser dirigido selectivamente al tumor, lo que nos proporciona una doble selectividad. El problema por el momento, lo que hay en el mercado, es que el compuesto que se inyecta va a todas partes. Dado que el doctor está irradiando solamente aquí [zona del tumor], tendrás solo esa superficie tratada. Sin embargo, cuando el paciente abandone el hospital y vaya por la calle, por ejemplo en un día como hoy, en camiseta, porque Burgos está muy soleado, le saldrán quemaduras, porque el compuesto, que todavía está aquí, será, de hecho, activado por la luz y tendrá efectos secundarios. Así que lo que quieres, en realidad, es tener un compuesto que vaya solo aquí [zona del tumor], para lograr esta doble selectividad, que es lo que estamos ahora mismo intentando hacer en París.

¿Cuál es la idea para conseguir esa doble selectividad?

Hay dos ideas, puedes tener un compuesto que se metaboliza muy rápidamente, lo cual significa que va a todas partes pero después es excretado de forma muy rápida, lo que significa que el paciente tendrá que quedarse en el hospital quizás solo un día antes de poder salir a la soleada Burgos. O utilizar un compuesto que tenga biomoléculas que sean dirigidas y reconocidas selectivamente por las células cancerígenas, como un anticuerpo. Así es como estamos intentando conseguir esto actualmente.

Gustavo Espino: ¿Por qué la industria farmacéutica es tan reacia a introducir compuestos metálicos?

De hecho, yo diría que algo está empezando a cambiar en la industria farmacéutica, porque es cierto que hace 10 años la industria estaba extremadamente preocupada por los complejos metálicos, pero en mi experiencia he visto que están cada vez más dispuestos a escuchar lo que tenemos que decir, porque han visto resultados extremadamente positivos. Un compuesto de rutenio, por ejemplo, ya han entrado en la fase de pruebas clínicas. Se trata de un fotosensibilizador, el tipo de compuesto que estamos investigando actualmente, que ha sido diseñado por un colega en Canadá para ser extremadamente activo contra el cáncer de vejiga, y ya está en fase Ib en Canadá para tratar el cáncer de vejiga. Y ahora se están viendo tantos resultados positivos, que la industria está diciendo “oh, demos una oportunidad para buscar complejos metálicos”. Y estoy muy, muy esperanzado de que, en el futuro, quizás en 10 o 20 años, podamos tener dos o tres compuestos más en pruebas médicas o aprobados. Me gustaría también destacar el famoso fármaco contra la malaria, ferroquina, un compuesto que contiene un compuesto organometálico, el ferroceno. Este fármaco, de hecho, se encuentra en fase IIb de ensayos clínicos, y ha sido adquirido por la gigante farmacéutica Sanofi, que es, creo, la segunda empresa farmacéutica más grande en el mundo. Así que esto significa que este tipo de empresas están preparadas para estudiar complejos metálicos, siempre y cuando, y esto es lo que tenemos que hacer nosotros en el mundo académico, podamos ofrecerles buenos resultados (buena investigación). No tenemos que dudar en realizar experimentos in vivo para obtener resultados que sean comparables o incluso mejores que los obtenidos con compuestos orgánicos.


Entrevista: Samuel Pérez.
Revisión técnica: Gustavo Espino.
Cámara, fotos y edición de vídeo: Fernando Muñoz