El investigador experto en polímeros, José Miguel García, realizó un recorrido por la historia de estos materiales, y destacó su importancia en todos los ámbitos.
En esta entrada resumimos algunas de las ideas clave de esta charla.

¿Qué tiene que ver un elefante con la catedral de Burgos? Este fue el comienzo de la ponencia que realizó José Miguel García, catedrático de Química de la Universidad de Burgos, el pasado jueves 4 de febrero, sobre la historia de los materiales plásticos. Como especialista en polímeros, García explicó que esta relación, en apariencia sin sentido, describe el origen de los mismos.
Fue en el año 1920, cuando el químico Hermann Staudinger expuso en un artículo que los polímeros eran moléculas enormes, como un elefante del tamaño de 5 catedrales. Pero recibió muchos ataques por parte de la comunidad científica, ya que, hasta entonces, se pensaba que eran moléculas de tamaño pequeño. “Es una historia de valor y representa realmente lo que es la ciencia, que es poner a todo en duda y someter al escrutinio de la mente todos los dogmas establecidos e intentar ir adelante”, indicó García.
A partir de ahí, el investigador desarrolló un recorrido hasta la actualidad en la que explicó cómo han ido evolucionando estos materiales. Aunque el investigador incidió en que los polímeros son una parte indispensable de nuestra vida y que se encuentran en todos los ámbitos, como buen químico que intenta “imitar a la naturaleza”, en su exposición se centró en los que son sintéticos. En este caso, proceden del petróleo y gracias a sus propiedades se puede utilizar para infinidad de cosas. “Lo que hacemos es trocearlo en trocitos pequeños, para luego reconstruir lo que nosotros queremos”.

En este sentido, García insistió que el tamaño sí que importa, porque es el que da lugar a las distintas propiedades. Así, añadió que los polímeros no son solo las bolsas del supermercado, “pueden convertirse en un material que puede detener el avance de una bala, o puede servir para complementar una prótesis de rodilla inalterable”. Además, tienen poca densidad y eso consigue que mejoren sus prestaciones, sustituyendo en gran medida a los metales, con ahorros energéticos muy importantes o grandes aislamientos eléctricos.

En cuanto a sus aplicaciones avanzadas, los polímeros se están implantando cada vez más en sectores como la automoción y la aeronáutica, en la generación de energía, como en las palas de los molinos, o en biomedicina, como en la regeneración de tejidos o en prótesis vasculares y ortopédicas.
Su charla concluyó aludiendo a la importancia que tiene el reciclaje y abogó por fomentar la concienciación ciudadana para disminuir la cantidad de residuos. En este sentido, elogió la actuación de nuestro país al respecto, “decir que lo estamos haciendo bastante bien”, afirmó, sobre todo porque estamos superando las recomendaciones de la Unión Europea.

Por otro lado, resaltó la necesidad de realizar un desarrollo tecnológico que permita clasificar los residuos de forma automatizada. “Sí que es importante que tengamos esas tecnologías de clasificar para llegar a reutilizar y reciclar, por ejemplo, piezas más pequeñas. Ahora mismo ese cribado se hace prácticamente a mano”.

Esta conferencia es la primera sobre la exposición “Materiales” y está englobada en el ciclo Acercando la ciencia, organizado por la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Burgos y el Museo de la Evolución Humana en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Ciencia e Innovación.
Puedes ver la charla completa en este vídeo: «Acercando la ciencia. Materiales plásticos, 100 años de historia«.