Autor: Jorge del Río San José, alumno del grado de Ingeniería Informática en la Universidad de Burgos.

Los primeros algoritmos

Shuruppak, 2500 ac

Shuruppak, 2500 a.C, es la ciudad y fecha de la que procede el documento escrito más antiguo que conservamos que explica el funcionamiento de un algoritmo. Sobre una tabla de arcilla, los sumerios grabaron los pasos para dividir la cosecha entre un número de personas (1).

El uso de los algoritmos ha acompañado a la especie humana. En nuestra historia era frecuente recurrir a ellos en el momento en el que aprendíamos a sistematizar cálculos y operaciones. Las ventajas del uso de los algoritmos eran evidentes: evitaban errores y facilitaban el aprendizaje a las nuevas generaciones.

Nuestra especie ha creado algoritmos antes que computadores. Lejos quedaba aún el año 1834 en el que la matemática Ada Byron creo el primer algoritmo destinado a unos de los pioneros antecesores de los ordenadores actuales (2), la máquina analítica de Babbage.

Los algoritmos no son cosas de informáticos

Hoy en día, el uso de algoritmos se ha extendido y globalizado, no solo entre ingenieros informáticos; también ha despertado el interés de la sociedad (3). El motivo es la creciente automatización de procesos de toma de decisiones en ámbitos tan dispares como la salud, emergencias, seguros, negocios o selección de personal. Tareas antes realizadas por humanos son ahora apoyadas por las recomendaciones de programas de ordenador cuyo funcionamiento está basado en algoritmos.

La utilización de algoritmos en la transformación digital no está exenta de un halo de desconfianza. Como ejemplo de esta corriente, baste observar los resultados de encuestas de opinión, como la realizada por Pew Research en Estados Unidos (4), donde las dos terceras partes de los encuestados consideran inaceptable que un algoritmo evalúe sus finanzas personales, o dictamine el resultado de una entrevista de trabajo .

Gráfica con la evolución en el tiempo del número de noticias sobre algoritmos publicadas en el periódico La Vanguardia en el periodo (1881-2021). Fuente: Hemeroteca de La Vanguardia.(5)

En los últimos cinco años, estos hechos han convertido a los algoritmos en uno de los protagonistas recurrentes en la agenda de los medios de comunicación. La consulta de las hemerotecas de periódicos como El País, ABC, o la Vanguardia muestran que el número promedio de noticias en las que figura la palabra algoritmo se ha incrementado, llegando en la actualidad de 1 a 4 diarias, teniendo en cuenta sus ediciones digitales, diarias y especiales. (6)

¿Qué es un algoritmo? ¿Qué puede hacer realmente? ¿Quiénes los hacen? ¿Qué criterios éticos y deontológicos siguen? ¿Hay normativa sobre esta materia? ¿Se cumple? ¿Existen certificaciones sobre la ética de estos algoritmos? ¿A nivel internacional, están sujetos a algún tipo de control? Estas son algunas de las cuestiones que abren las noticias y artículos de opinión de prensa, radio, televisión o de los medios en internet. Sin embargo, el interés por los algoritmos no es igual en todo el mundo. Los datos del buscador Google muestran que el sudeste asiático concentra el mayor número de países interesados en ellos.

Brunswick, 2016

Desde la ciudad de Brunswick en Alemania, Sándor P. Fekete, profesor de informática en TU de Braunschweig, y Sebastian Morr, uno de sus antiguos alumnos, pusieron en marcha el proyecto IDEA. IDEA muestra mediante una serie de dibujos las instrucciones de “montaje“ que sigue un algoritmo con los datos. Los autores recurren a las conocidas figuras de los manuales de IKEA para mostrar cómo funcionan algunos de los algoritmos más famosos. Las instrucciones se explican completamente sin texto, eliminado la barrea del idioma y de la notación más técnica, imitando las instrucciones de montaje de los muebles de la empresa IKEA.

Los creadores de IDEA declaran que ”con el proyecto, queremos demostrar que los algoritmos son más que líneas de texto crípticas o cosas misteriosas y aterradoras que determinan nuestras vidas. En cambio, los algoritmos consisten ante todo en buenas ideas: pueden ser procedimientos muy claros y concretos (7)”.

El proyecto IDEA comenzó en el año 2016, cuando Sebastian Morr explicó un algoritmo usando gráficos no convencionales en su trabajo fin de máster. Profesor y alumno desarrollaron el concepto de un lenguaje para explicar el funcionamiento de algoritmos básicos a estudiantes, utilizándose en varias escuelas con gran éxito. La popularidad de IDEA ha crecido en Internet gracias a su difusión por las redes sociales.

Emoticonos y coremas

Como declaran los autores de IDEA: “El diseño de las instrucciones mediante IDEA es un desafío. Encontrar buenas abstracciones gráficas es como desarrollar un nuevo lenguaje (7)”. IDEA no es el primer lenguaje basado en gráficos o pictogramas que inventamos los humanos para explicar realidades complejas y tampoco es un lenguaje propio de antiguas civilizaciones.

De manera reciente, en el año 1973, Brunet desarrolló el lenguaje de la coremática en el ámbito de la Geografía (8). Los coremas representan fenómenos geográficos complejos, como por ejemplo la especialización comercial de un territorio,  mediante sencillas figuras geométricas. Otro ejemplo es el extendido lenguaje para representar sentimientos: emojis y emoticonos, popularizados en la década de los 1990 y ampliamente utilizados hoy en día en la comunicación digital.

Interés por los algoritmos según el número de búsquedas en Google y localización de los lugares citados en este artículo. Fuente: Elaboración propia

Claves de la popularidad de IDEA

Los primeros algoritmos explicados mediante IDEA son ya objeto de impresión en artículos de promoción comercial, como tazas o camisetas entre otros. Están disponibles en https://idea-instructions.com/ ¿Cómo lo ha conseguido? ¿Cuáles han sido las claves de la popularidad de esta representación gráfica de algoritmos?

Podemos aventurarnos a lanzar otras hipótesis. Si nos fijamos en el consumo global, que caracteriza a la sociedad de la información, podemos observar que la simbología se posiciona como un lenguaje internacional que ayuda a superar las barreras idiomáticas. Si ese lenguaje además se basa en uno ya conocido, entramos en el terreno de la “economía de la atracción (10)”. La utilización de una simbología que apela a una experiencia de comunicación previa, ya dominada: las conocidas instrucciones de montaje de los muebles de IKEA.

Estamos todavía lejos de saber con certeza cuales son las claves de la popularidad de IDEA. Podemos lanzar varias hipótesis: quizás la cercanía de IDEA con el fenómeno que Newman bautizo como “la cultura del aperitivo (9)”, caracterizada por el consumo rápido y condensado de contenidos. El uso de imágenes y pictogramas favorece este tipo de mensajes.

Representar los algoritmos como instrucciones de montaje parece un buen paso para encontrar un medio que los asemeje al pensamiento humano”

https://idea-instructions.com/

Opinión: Los retos de IDEA

IDEA ha pasado de ser un recurso educativo a tendencia en redes sociales. Sin embargo, su futuro aún es incierto. Puede que sea algo anecdótico, moda efímera en Internet, o bien que acabe madurando hasta convertirse en un verdadero lenguaje formal, con gramática que pueda ser enseñada y aprendida. No está, por lo tanto, todo el trabajo concluido. El proyecto IDEA tiene por delante la oportunidad y el reto de convertirse en un lenguaje formal descrito mediante reglas.

La creación de un lenguaje como IDEA, fácilmente reconocible y entendible, permite abrir la caja negra y arrojar luz sobre como funcionan los algoritmos y huir de la demagogia de los futuros distópicos. Proyectos como IDEA no son perfectos, pero tienen el valor de aportar visibilidad y transparencia no solo a los algoritmos, también a procesos que hasta ahora eran subjetivos.

Cualquiera que sea el destino de IDEA, ya sea el olvido digital o su uso obligatorio como etiqueta, su popularidad nos ha mostrado que los no–expertos desean conocer que hacen los algoritmos. Ha puesto sobre la mesa la necesidad que tenemos como sociedad de entender el funcionamiento de los algoritmos, especialmente los que pueden influir en decisiones que afectan a nuestra vida cotidiana.


Para ampliar…

[1] CHABERT, J.L.; 1999. A History of Algorithms From the Pebble to the Microchip (J. L. CHABERT Ed.): Springer, Berlin, Heidelberg.

[2] FUEGI, J.;FRANCIS, J.; 2003. Lovelace; Babbage and the Creation of the 1843 ‘Notes’.IEEE Ann. Hist. Comput.  25(4):  16–26. doi: 10.1109/mahc.2003.1253887

[3] RAINIE, L.;ANDERSON, J.; 2017. Code-Dependent: Pros and Cons of the Algorithm Age: Pew Research Center. Disponible en: http://www.pewinternet.org/2017/02/08/code-dependent-pros-and-cons-of-the-algorithm-age

[4] SMITH, A.;NOLAN, H.; 2018. Pew Research Center, November, 2018, “Public Attitudes Toward Computer Algorithms. Disponible en: https://www.pewresearch.org/internet/2018/11/16/public-attitudes-toward-computer-algorithms/

[5] LA VANGUARDIA. Hemeroteca: Noticias sobre algoritmos publicadas en el periodico La Vanguardia en el periodo (1881-2021). algoritmo (1-9 de 2131) Buscador Hemeroteca – Lavanguardia.es

[6] BELTRAN; G. DEL RIO , J, 2020. Geografia y comunicación. Amazon

[7] FEKETE, S. P.;MORR, S. (14/01/2022). idea-instructions.com <disponible en>  https://idea-instructions.com/about/

[8] PORTUGAL, J. A.; 1996. Modelos gráficos y coremas. Representación de la información territorial en sus componentes estructurales básicos.Lurralde: Investigación y espacio,  19:  235-253.

[9] NEWMAN, M. Z.; 2010. New media, young audiences and discourses of attention: from Sesame Street to ‘snack culture’.Media, Culture & Society  32(4):  581-596. doi: 10.1177/0163443710367693

[10] ROBERTS, K.; 2005. Lovemarks: el futuro más alla de las marcas (E. ACTIVA Ed.).